Lo que sorprende de esta colección de cartones es lo fino del trazo y la descripción de los espacios. Ros se ríe en secreto de situarse a sí mismo con toda su cotidianidad en escenarios majestuosos que sí existen, pero en nueva york, bajo techos altísimos y candiles garigoleados de salones versallescos, mientras el personaje sigue preocupado porque no se le vaya a olvidar pasar el pan
Lo que sorprende de esta colección de cartones es lo fino del trazo y la descripción de los espacios. Ros se ríe en secreto de situarse a sí mismo con toda su cotidianidad en escenarios majestuosos que sí existen, pero en nueva york, bajo techos altísimos y candiles garigoleados de salones versallescos, mientras el personaje sigue preocupado porque no se le vaya a olvidar pasar el pan