No es necesario ser Simon Kuper para afirmar que el futbol es una experiencia atmosférica y seductora en la que es posible ensayar una teoría antropológica para beneficio de todos los campos del saber: nada como el futbol para demostrar que en el mundo secular aún hay lugar para evangelios.
No es necesario ser Simon Kuper para afirmar que el futbol es una experiencia atmosférica y seductora en la que es posible ensayar una teoría antropológica para beneficio de todos los campos del saber: nada como el futbol para demostrar que en el mundo secular aún hay lugar para evangelios.