Hubo un vez muchos artistas que hacían prendas y adornos con plumas de aves. Su trabajo era tan apreciado, que contaban con el respeto de la gente y de los gobernantes de Tenochtitlán, una de las ciudades más importantes y poderosas. Casi todos vivían en el mismo barrio, pero algunos estaban al servicio de un famoso gobernante y habitaban en un lugar especial, donde se criaba y cuidaba con esmero a una gran variedad de aves. Si abres este libro podrás enterarte cómo vivían y trabajaban esos artistas, que una vez fueron los más respetados en México.
Hubo un vez muchos artistas que hacían prendas y adornos con plumas de aves. Su trabajo era tan apreciado, que contaban con el respeto de la gente y de los gobernantes de Tenochtitlán, una de las ciudades más importantes y poderosas. Casi todos vivían en el mismo barrio, pero algunos estaban al servicio de un famoso gobernante y habitaban en un lugar especial, donde se criaba y cuidaba con esmero a una gran variedad de aves. Si abres este libro podrás enterarte cómo vivían y trabajaban esos artistas, que una vez fueron los más respetados en México.