Nos hemos dado cuenta que la música que más anima a la gente es la regional oaxaqueña, porque el órgano, el más grande de todos los instrumentos de viento, se presta de manera maravillosa a este repertorio. El maestro Valentín Hernández, titular de la sección de percusiones de la Banda del Estado y Cecilia Winter hemos armado un programa de canciones (Canción Mixteca, Mi Linda Oaxaca, Llévame Oaxaqueña, La Martiniana, etc.) y bailables oaxaqueños (Los Jarabes Mixe, del Valle y Mixteco, “Danza de la Pluma”, “Tonalteca”, “Flor de Piña”, etc.), la mayor parte de ellos de la Guelaguetza, los hemos presentado en decenas de conciertos por todo el estado. En este programa explotamos la gama de sonoridades y efectos del órgano, y la gente se queda asombrada por la similitud con los instrumentos de banda que escuchan en sus fiestas.
Hicimos un CD de este concierto y de los cinco discos grabados por el IOHIO, éste es el más solicitado. Cuando visitamos los órganos para revisar su estado de conservación, siempre donamos una copia del disco a la comunidad. Las autoridades suelen tocarlo de inmediato y de repente se escucha el sonido de un órgano tubular reverberando a todo volumen por las bocinas en una comunidad en donde lo único que pudiera quedar del instrumento original es su caja vacía o sólo unos pedazos. Luego las autoridades nos preguntan si podríamos reparar el órgano, cuánto costaría, etc. Al escuchar esta música, la gente local empieza a entender cómo era su órgano en tiempos pasados, lo que alza a la vez la conciencia para preservarlo.