Habitamos uno de los períodos más difíciles, complejos y oscuros para toda esta parte de la humanidad que vivimos de nuestro trabajo. Hablamos de desigualdad, injusticia y violencia; las cuales, por cierto, no son nuevas en nuestro mundo, aunque ahora se presenten como desconcertantes por su magnitud y su crueldad. Hablamos también de opacidad, de un mundo donde las relaciones de opresión, dominación y explotación, por muchos motivos, se han vuelto invisibles y difusas; entre otros, porque apelan a nuevas y sofisticadas tecnologías, tanto materiales como simbólicas, sobre las cuales hemos reflexionado y queremos dialogar. También, porque esas nuevas dominaciones, en estos tiempos ...
Habitamos uno de los períodos más difíciles, complejos y oscuros para toda esta parte de la humanidad que vivimos de nuestro trabajo. Hablamos de desigualdad, injusticia y violencia; las cuales, por cierto, no son nuevas en nuestro mundo, aunque ahora se presenten como desconcertantes por su magnitud y su crueldad. Hablamos también de opacidad, de un mundo donde las relaciones de opresión, dominación y explotación, por muchos motivos, se han vuelto invisibles y difusas; entre otros, porque apelan a nuevas y sofisticadas tecnologías, tanto materiales como simbólicas, sobre las cuales hemos reflexionado y queremos dialogar. También, porque esas nuevas dominaciones, en estos tiempos confusos y turbulentos, son defendidas por aquellos que dicen combatirlas mientras las apuntalan.