A Mateo trinidad de nada le servía ser güero, porque no se bañaba. Solía estar siempre chimeco, y uno no podía adivinar si era grasa, carbón o caldo de frijol lo que le manchaba la cara”.
A Mateo trinidad de nada le servía ser güero, porque no se bañaba. Solía estar siempre chimeco, y uno no podía adivinar si era grasa, carbón o caldo de frijol lo que le manchaba la cara”.