La violencia verbal, el desenfado y la alegría con que todo se cuenta, hacen de esta novela un libro insólito en las letras mexicanas: por primera vez se dan la mano el humor sin cortapisas ni prejuicios y la buena literatura. Si Nueva Orleans tiene a Ignatius Reilly y La conjura de los necios, nosotros tenemos a Horacio Taciturnus y La línea dura desde 1971. Ya era hora de rendirles un homenaje. Aquí presentamos la novela con mínimas adecuaciones y acompañada de memorabilia y reseñas de la época, así como de notas de Humberto Musacchio, Mónica Lavín, Enrique Jaramillo Levi, Alberto Huerta, junto con otros más.
La violencia verbal, el desenfado y la alegría con que todo se cuenta, hacen de esta novela un libro insólito en las letras mexicanas: por primera vez se dan la mano el humor sin cortapisas ni prejuicios y la buena literatura. Si Nueva Orleans tiene a Ignatius Reilly y La conjura de los necios, nosotros tenemos a Horacio Taciturnus y La línea dura desde 1971. Ya era hora de rendirles un homenaje. Aquí presentamos la novela con mínimas adecuaciones y acompañada de memorabilia y reseñas de la época, así como de notas de Humberto Musacchio, Mónica Lavín, Enrique Jaramillo Levi, Alberto Huerta, junto con otros más.