Tras ser despedido de su trabajo como nochero de embarcaciones, el joven Eugenio consigue emplearse como descargador de navíos y faluchos. Junto a sus compañeros de trabajo visita un prostíbulo y se enamora de Yolanda, una de las pupilas. Una noche, un marinero seduce a la prostituta; enfurecido, Eugenio lo ataca y termina pagando sesenta días de cárcel por las heridas que le inflige.
Tras ser despedido de su trabajo como nochero de embarcaciones, el joven Eugenio consigue emplearse como descargador de navíos y faluchos. Junto a sus compañeros de trabajo visita un prostíbulo y se enamora de Yolanda, una de las pupilas. Una noche, un marinero seduce a la prostituta; enfurecido, Eugenio lo ataca y termina pagando sesenta días de cárcel por las heridas que le inflige.