Tras treinta años de ausencia, Milan Petrovic vuelve a Chile para atestiguar los últimos días en la tierra de su padre. Chile, ese eriazo tan remoto y presuntuoso, se yergue como un monolito que consagra la modesta, aunque plena, felicidad de la infancia, pero en el que también están inscritos los nombres de las víctimas de la dictadura. Milan se reencuentra con sus hermanos, cuyos destinos son reflejo de la transición democrática y del nuevo evangelio chileno: el dinero. Se reencuentra con los barrios de antaño, con el centro de Santiago, con la idiosincrasia nacional, con su oficio postergado de artista serio, vuelve, en suma, al paraíso de lo que no ha sido.
Tras treinta años de ausencia, Milan Petrovic vuelve a Chile para atestiguar los últimos días en la tierra de su padre. Chile, ese eriazo tan remoto y presuntuoso, se yergue como un monolito que consagra la modesta, aunque plena, felicidad de la infancia, pero en el que también están inscritos los nombres de las víctimas de la dictadura. Milan se reencuentra con sus hermanos, cuyos destinos son reflejo de la transición democrática y del nuevo evangelio chileno: el dinero. Se reencuentra con los barrios de antaño, con el centro de Santiago, con la idiosincrasia nacional, con su oficio postergado de artista serio, vuelve, en suma, al paraíso de lo que no ha sido.