La vida cotidiana de los chilangos no está regida por las leyes. Está regida por las mafias.
Día a día, lo sepan o no, los habitantes de la capital del país se someten a los dictados de mafiosos del agua, gangsters de los mercados, pandilleros del comercio, líderes de ambulantes, transportistas piratas, cárteles inmobiliarios, sindicatos tenebrosos y tratantes de personas? además de la delincuencia común. En la ciudad que alberga los poderes de la Unión, no se mueve una hoja sin que las mafias lo decidan.
En esta obra, un grupo de periodistas de investigación analiza los siete flagelos a partir de los cuales se entiende el tamaño del problema. Van dese
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